Con mi análisis anterior demostré que Gámez fundamenta sus críticas centrales hacia la homeopatía por parte de lo que le cuentan sus amigos del club. En su ensayo -que vuelvo a mencionar para darle continuidad- se queja de que los medios de comunicación sean demasiado laxos y no difundan su visión, entonces hace un llamado a los científicos y la sociedad para que el Estado muestren sus indignación,
"¿Y nuestros científicos? ¿Qué dicen? ¿Van a tomar cartas en el asunto, exigir pruebas concluyentes sobre su efectividad y prestar un servicio a la sociedad, o van a eludir sus responsabilidades? ¿Por qué la prensa no entra a investigar cómo es posible que, tras sucesivos medicamentazos, algunas Administraciones estén planteándose financiar medicamentos de nula efectividad? Los medios, en este caso, están prestando un muy flaco favor a la sociedad que dicen servir."
El físico Manuel Toharía, en el que Gámez basó sus primeras críticas, comenta:
"Se trata de métodos de diagnóstico y tratamiento cuya validez no ha sido demostrada científicamente, pero que mueven enormes cantidades de dinero y ofrecen una lucrativa salida profesional a numerosos licenciados en Medicina que no han aprobado el MIR"
Los pseudoescépticos tienen una manía persecutoria por todo lo que huela a empresa competidora en el sector farmacéutico, agroindustrial, alimentario, nuclear o de cualquier otra índole según los intereses que el guru en turno aplique. En uno de los diarios Redacción Médica, ligada a la industria farmacéutica, podemos leer enorme preocupación por bajar las ventas de la homeopatía.
En el mismo diario se repite que una empresa homeopática daba "títulos de especialista en homeopatía", y como fuente tienen al químico José Miguel Mulet. Para el que aún no se ha informado un poco, Mulet es otro de los socios de ARP-SAPC. Hace unos años este profesor universitario sacó a la venta un libro llamado Medicina sin engaños en el cual pretendió refutar todo lo relacionado a las medicinas complementarias y alternativas. Pero, como se ha demostrado, Mulet falsificó, plagió e incluso llegó al ridículo de escribir mal los nombres de las personas a las que crítica. En cuanto a los supuestos títulos los cuales nunca fueron presentados como tal, fue obra de Gámez y secuaces de ELPaís.
En ELPaís, periódico que juega según los intereses que le convengan, se citaba a otro socio de ARP, el ingeniero Emilio Molina Calorza, como representante de los vídeos que se deberían permitir en Youtube bajo el riesgo inflado de que la homeopatía es la peor de todas las "pseudociencias", con excusas tan ridículas como:
"Y es, de todas estas pseudociencias, la más aceptada socialmente: sus medicamentos se venden en farmacias"
No están preocupados por si es ciencia o no, se preocupan por si se vende, factura o si se distribuye. Esto es lo que se encuentra mayormente en los diarios en donde se crítica a homeopatía: las ventas, dinero, dinero, dinero.
Ya os he contado como el historiador y periodista Luis Alfonso Gámez, socio del Círculo Escéptico y de la Alternativa Racional a la Pseudociencias, es el responsable de diseminar el mito del "título en especialista en homeopatía" otorgado por una empresa de productos homeopáticos, y de como distorsionó las conclusiones del Informe de Terapias Naturales publicado por Sanidad, informe que presenta graves falencias en su corpus al omitir los ensayos.
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