Los autoproclamados “escépticos” (algunos de los cuales se creen defensores de la razón, la lógica y el pensamiento crítico contra las “hordas de irracionalidad”) usan un doble estándar a la hora de evaluar testimonios: si éstos se refieren a lo paranormal, son falsos a priori; si se refieren al escepticismo o a otros temas no paranormales, son ciertos o al menos pueden serlo (beneficio de la duda).
Les pongo un ejemplo. En el libro Cerebro de Broca, en las páginas 35-36, Carl Sagan nos dice como verificar, por nosotros mismos, un viaje astral:
“Hay una forma muy sencilla de verificar la existencia de una proyección astral. Se le pide aun amigo que, en nuestra ausencia, coloque un libro en algún elevado e inaccesible estantede la librería, de modo que no sea posible ver su título. Si creemos experimentar unaexperiencia proyectiva, flotemos hasta la parte alta de la habitación y entonces podremosleer el título del libro en cuestión. Cuando nuestro cuerpo vuelva al estado normal de vigiliay podamos indicar correctamente lo leído, tendremos prueba fehaciente de la realidad físicade la proyección astral. Desde luego, no debe existir ningún otro posible medio de conocerel título del libro, como por ejemplo entrar solapadamente en la habitación cuando nadienos observe o recabar información de nuestro amigo o cualquier otra persona enterada delasunto. Para evitar esta última posibilidad, el experimento debe efectuarse «doblemente aciegas», es decir, que la selección y ubicación del libro debe hacerla alguien a quien noconozcamos y que a su vez no nos conozca en absoluto, y ésta será precisamente lapersona encargada de juzgar si nuestra respuesta es correcta. Por cuanto conozco, jamásse ha registrado una experiencia de proyección astral bajo las premisas de controlreseñadas y con la supervisión de gentes escépticas ante el supuesto fenómeno. Por tanto,a pesar de que no deba excluirse a priori la proyección astral, concluyo que existen muyescasas razones para creer en ella”.
Este texto merece unos comentarios precisos:
1) El experimento que propone Sagan es correcto, y debería ser usado por toda persona con mentalidad científica y que se considere proyector astral o conozca a alguien que lo sea.
2) Sagan menciona que si lo llevamos a cabo, y el resultado es positivo, TENDREMOS UNA PRUEBA FEHACIENTE DE LA REALIDAD FÍSICA DEL FENÓMENO. Fíjense que la manera en que Sagan propone el experimento es una experiencia de laboratorio (pudiendo ser el laboratorio nuestra propia casa y constatado por personas que no necesariamente son científicos), sin exigir que se publique en una revista científica el resultado para considerarlo probado fehacientemente (algo que casi siempre exigen los pseudo-escépticos, pero a conveniencia).
Basta con que lo hagamos en nuestra casa, con algún amigo, para que el resultado positivo nos de una PRUEBA FEHACIENTE (aunque personal, ya que nadie conoce que hicimos la prueba) del fenómeno.
Supongamos que hemos hecho el experimento, que dio un resultado positivo, y que según Sagan es una “prueba fehaciente” del fenómeno. La pregunta que sigue es: ¿Es razonable dudar de lo fehaciente de este fenómeno, por el hecho de que la única prueba que tenemos sea la anédocta personal y nuestros amigos y yo hicimos? ¿Debemos esperar que se publique en una revista científica, o que los “escépticos” acepten el fenómeno, para admitirlo como FEHACIENTE en virtud del experimento personal que hicimos?
Y aun mejor: ¿qué dirían los “escépticos” si les comunicamos esta experiencia personal sobre dicho experimento? Evidentemente dirían: “eso es un testimonio, una anéctoda que no prueba nada”.
Pero si no prueba nada, ¿por qué Carl Sagan afirma que dicho experimento es una PRUEBA FEHACIENTE de la realidad física del fenómeno? Si no prueba nada, ¿cómo pudimos saber el título del libro? ¿Por telepatía?
Es evidente que, en este caso, ciertamente se trata de un testimonio que SÍ PRUEBA, ya que fue producido en un experimento de control, aunque no esté publicado en revistas científicas o avaladas por los “escépticos”, lo cual refuta la afirmación “el testimonio nunca es prueba de nada”
La afirmación “los testimonios no prueban nada” es la mayor falsedad que se pueda leer en la literatura pseudo-escéptica. Los testimonios pueden probar o no, dependiendo de las circunstancias que los rodean, de la credibilidad y el número de testigos, etc. No todos los testimonios merecen el mismo crédito, y no todos son descartables.
3) Por último, el mismo Sagan se basa en su información personal para concluir que la proyección astral es poco probable: “Por cuanto conozco, jamás se ha registrado una experiencia de proyección astral bajo las premisas de controlreseñadas y con la supervisión de gentes escépticas ante el supuesto fenómeno. Por tanto,a pesar de que no deba excluirse a priori la proyección astral, concluyo que existen muyescasas razones para creer en ella.”
Fíjense que el propio Sagan dice “por cuento conozco”, evidentemente juzgando por su conocimiento (que como el de todos es limitado), ya que es posible que yo ayer haya hecho el experimento y no se lo haya dicho a nadie, y el fenómeno sigue siendo cierto y PROBADO FEHACIENTEMENTE para mí.
Por otro lado, Sagan como científico honesto afirma que “no debe excluirse a priori” la proyección” aunque según él hayan escazas razones para creer en dicho fenómeno (aunque otras personas que lo han experimentado tengan buenas razones para creer en dicho fenómeno e incluso una prueba fehaciente si siguieron los controles de Sagan)
Si no debemos “excluir a priori” la proyección astral, ¿por qué los “escépticos” en sus páginas, blogs y artículos, se burlan de todos estos temas, ridiculizan a sus partidarios, los etiquetan como magufos o irracionales, etc.?
Es evidente que un científico honesto y escéptico como Sagan nunca usó tales expresiones de burla y ofensa; por el contrario, planteó argumentos, propuso experimentos para probar esas teorías o creencias, etc. Nunca asumió a priori la falsedad de nada, sino que exigió un debate intenso y respetuoso sobre tales asuntos.
La diferencia entre un científico escéptico REAL y un pseudo-escéptico es abismal y reveladora.
No se confundan: es más productivo leer de ciencia y enfocar los temas paranormales con un escepticismo sano y mente abierta sin prejuicios, que estar leyendo la literatura “escéptica” cargada de prejuicios anti-paranormales, actitudes arrogantes y soberbias, ofensas, sentido del humor (basado en las creencias de otras personas, lo cual es ofensivo), burlas , descalificaciones e injurias contra investigadores y partidarios de lo paranormal.
Los “escépticos”, en general, no aportan nada al debate científico sobre lo paranormal. Solo nos demuestran sus prejuicios pseudorracionalistas anti paranormales.
De allí que algunos se sientan orgullosos de ser llamados “debunkers”, en vez de investigadores científicos…
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